lunes, 3 de octubre de 2016

como en las piedras brasas enterradas en lo profundo del montón que queda y que un día fueran flores rojas llamarada, al encontrarme intersecto en la línea de visión dirigida, su luz punk se esconde bajo el polvo que lavantan los pasos de rutina y salvación. un saludo distante intemitente que se desvaneces en una mueca borrada en la pincelada de la mano ciega que toca su hombro. lastre fantasma de pasado descenso. de noche apagada. ortogonal. los números solo revelan verdad a quienes temen contar con los dedos.