martes, 27 de mayo de 2014

Con la canción de la lluvia y la cigarras dormimos.
El sudor seco pegado al cuerpo y sin palabras, enlazados, dormimos.
Con las sábanas enredadas en las piernas y volteando cada uno a una dirección distinta. El sol se pone y vuelve. El ojo que todo lo ve.
Para que el día nuevo comience jamás, para detener el motor del amanecer.
Un martes que es una cucharita para café.